martes, 24 de abril de 2018


ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD

3. Introducción: Sobre la subjetividad como paradigma su relación con las entrevistas a profundidad desde el enfoque cualitativo
Primeramente, es importante mencionar que a lo largo de la historia de la ciencia se han identificado varios paradigmas que han orientado los procesos de investigación; algunos de estos paradigmas son, según Hernández (2003), citado en Medina (2010), el empirismo, el materialismo dialéctico, el positivismo, la fenomenología, el estructuralismo y la subjetividad. Asimismo, estos paradigmas, a su vez, son denominados corrientes de pensamiento, las cuales a partir de la segunda mitad del siglo XX se han dicotomizado en dos enfoques de investigación básicos: el cuantitativo y el cualitativo. Para los fines que persigue esta exposición, sólo se alude al paradigma de la subjetividad, ya que se relaciona con lo cualitativo, para abordar el tema de la entrevista a profundidad (Medina, 2010).    
3.1 La subjetividad en el contexto de la entrevista en profundidad
Antes de mencionar a la entrevista en profundidad, conviene definir el paradigma de la subjetividad, que soporta teóricamente a la entrevista. El concepto subjetividad es empleado con dos significados, es decir, puede hacer referencia al sujeto o al conocimiento. Así, la subjetividad es la característica de las percepciones, argumentos y lenguajes, que se basa en el punto de vista del sujeto; entonces, los conocimientos que adquiere están influenciados por los intereses y deseos particulares de éste. Además, la subjetividad, que es la contraposición de la objetividad, fundamenta sus conocimientos en una perspectiva no prejuiciada y verificable por varios sujetos (Medina, 2010). En otras palabras, los sujetos entrevistados utilizan su subjetividad dependiendo de sus propias percepciones y experiencias vividas.    
Por consiguiente, la subjetividad se refiere a la forma de pensar o sentir de la persona, y no al objeto en sí mismo. Desde el punto de vista filosófico estudia las interpretaciones que se efectúan en relación a cualquier aspecto de la experiencia vivida; por este motivo, sólo la persona accede a dicha experiencia, misma que puede ser interpretada de distinta manera por cada individuo, aunque sea el mismo hecho o actividad (Medina, 2010). En ese sentido, en el proceso de la entrevista, en la cual se recolecta la información pertinente, es de suma importancia la interacción (intersubjetividad) entre el informante, que narra y el investigador, que escucha e interpreta a través de la hermenéutica comprensiva (Medina, 2010).
La subjetividad brinda los referentes metodológicos para abordar de una manera específica los diversos contextos políticos, económicos, culturales, educativos y antropológicos, etcétera, en los que se encuentra socialmente inmersa la persona. Es decir, se trata de dar cuenta del discurso narrativo del informante clave, para comprender su realidad histórica vivida, respetando su tiempo y su disposición para continuar la entrevista. A través de la subjetividad se pueden identificar los diferentes criterios culturales con los cuales el sujeto se identifica y comparte un sentido de pertenencia (Medina, 2010).

3.2 La entrevista y el enfoque cualitativo
Respecto al enfoque de investigación cualitativo, según Hernández (2003), citado en Medina, (2010), éste se caracteriza por diseñar y proveer preguntas de investigación, basándose en métodos de recolección de datos sin medición cuantificable o numérica, donde regularmente las preguntas e hipótesis se van construyendo durante el proceso de investigación. En ese sentido, genéricamente, la primera pregunta de una entrevista en profundidad es de tipo abierta y enfocada al propósito que implica. Así, se le solicita al informante clave que cuente su experiencia en alguna situación particular de su vida; de este modo, el sujeto comienza su relato. Puede ser que al principio el sujeto enuncie asuntos que nos están relacionados con el objeto de estudio, pero en la medida en que va entablando una relación de respeto mutuo con el científico social, quien se gana su confianza empáticamente hablando; luego, de esta manera, irá enfocando su discurso en su experiencia, la cual es el objeto de estudio de la investigación cualitativa. Además, es un enfoque flexible y su fin es construir la realidad tal y como la observan y viven los propios actores adscritos a un sistema social especifico (Hernández, 2003, citado en Medina, 2010). En otras palabras, la intención es comprender y trabajar con los hechos narrados, como una red de significados, por las distintas personas pertenecientes a un grupo social particular.
Por su parte, Guba, citado en Medina (2010), propone que el investigador cualitativo o también llamado naturalista, es un fenomenólogo que se encarga de comprender la conducta humana desde el punto de vista de sus autores naturales, es decir, de los interlocutores clave que comparten su perspectiva del mundo, así como del sentido que le dan a éste. Asimismo, el investigador cualitativo respeta y acepta la subjetividad, los valores y las experiencias vitales de los sujetos como elementos imprescindibles de su estudio. En otras palabras, entran en interacción dos intersubjetividades: informante clave-investigador. De ahí la importancia que el científico social adquiera las habilidades y destrezas para la recolección de información obtenida mediante la entrevista a profundidad, la cual es denominada “técnica de escucha” por Ferrarotti (1997), citado en Medina (2010), acorde a los propósitos de la investigación cualitativa.
3.3 Características principales de las entrevistas en profundidad
Parece que al referirse al concepto “entrevista a profundidad” se tratara de una conversación intensa y de fondo; sin embargo, esta noción va más allá. Así, según Robles (2011), la principal intención de la entrevista a profundidad es adentrarse en la vida cotidiana del otro, introducirse en su perspectiva del mundo, detallando aspectos trascendentes para la persona que van desde: los gustos, los miedos, las satisfacciones, las angustias, y alegrías que tienen un sentido relevante para el entrevistado. En otras palabras, es la construcción de la realidad tal y como es vista por el otro, a fin de cuentas se trata de comprender las experiencias o situaciones de éste, tal y como las expresa con sus propias palabras. Además, de acuerdo con Taylor y Bogdan (1990), citado en Robles (2011), la entrevista en profundidad se basa en un modelo de platica entre iguales, horizontalmente, donde no se pretende una posición de experto por parte del científico social, sino que éste se acerca de una forma empática con el informante clave donde se desarrollan encuentros reiterados cara a cara.
Por su parte, Cicourel (1982), citado en Robles (2011), arguye que se trata de adentrarse al mundo privado y personal de extraños con el fin de recolectar información de su cotidianidad vital. En ese sentido, no hay un intercambio rígido de preguntas y respuestas. En cambio se propone un guión respecto temas generales y se van desglosando poco a poco. Por lo tanto, se recomienda evitar realizar preguntas directas y cerradas, amenazantes o ambiguas.
En esta técnica, el entrevistador funge como un instrumento más de análisis, ya que explora, a través de preguntas, cuál es la información más importante de acuerdo a los objetivos que persigue la investigación, mediante aquéllas se va conociendo a la persona para poder comprender el sentido que guardan sus enunciaciones, circunstancia que amerita la creación de un ambiente cordial y cómodo que propulse la libre expresión (Taylor y Bogdan, 1990, citado en Robles, 2011). El investigador debe implicarse profundamente, y aceptar el mundo del interlocutor, ponerse en el lugar del otro, con lo cual se logra una relación personal más cercana y sólida, no sólo en el desarrollo de la entrevista, sino también durante la construcción de los datos (Taylor y Bogdan, 1990, citado en Robles, 2011).
La entrevista en profundidad conlleva un proceso prolongado y consecutivo como vía para la construcción de los datos relevantes a los objetivos de la investigación. En ese sentido, se requiere tener paciencia en cada uno de los encuentros, los cuales no deben rebasar las dos horas de duración para no generar cansancio por parte del entrevistado. Se recomienda programar las sesiones con intervalos de dos semanas de diferencia entre cada una; además de dar término de las mismas cuando se llegue al punto de saturación; lo cual significa que las platicas ya no arrojan datos novedosos respecto a la información que ya se tiene (Blasco y Otero, 2008, citado en Robles, 2011). En otras palabras, el método de saturación es el momento en el cual la información comienza a ser repetitiva y ya no hay elementos nuevos; entonces, podemos decir que la información es suficiente (Carmona, 2010). Otro aspecto relevante de la entrevista versa en cuanto a no limitar, sancionar o censurar a los entrevistados, ya que esto puede mermar las potenciales respuestas concretas, sinceras u honestas (Robles, 2011).

3.4 Al inicio de la entrevista
La entrevista en profundidad está basada en un guión de entrevista, en el cual se anotan todos los temas que se pretenden desarrollar durante cada uno de los encuentros, por lo que es preferible prepararlos con antelación, con el fin de aprovechar los tiempos, identificar los temas por grado de importancia y evitar divagaciones por parte del entrevistado.
El guión se organiza en función de las hipótesis y los objetivos de la investigación. En este se escribe una introducción donde el entrevistador enunciará el objetivo de la entrevista, como está estructurada y que alcances desea obtener. Cabe destacar que los entrevistados estarán enterados sobre el tratamiento que recibirá la información vertida por ellos, anteponiendo en todo momento la confidencialidad de los datos (Robles, 2011).
3.5 Tipo de participantes
Como se ha mencionado con anterioridad, según Patton (1990), citado en Robles (2011), las entrevistas en profundidad son instrumento cualitativos de investigación que se constituyen a partir de objetivos concretos; por tal motivo, es difícil determinar un número mínimo o máximo de entrevistados, ya que su propósito radica no a una representación estadística, sino a una representatividad social (Carmona, 2010). Es decir, alude a un análisis detallado de la información recabada de las pláticas con los individuos, misma que dará cuenta del avance en los tópicos, es decir, si ya se cubrieron o si faltan algunos. Además, los entrevistados no deben percibir la interacción como un interrogatorio o el orden de las preguntas y los objetivos del entrevistador; por el contario, es un diálogo fluido donde la persona habla libremente sobre un tema especifico, su experiencia cotidiana (Carmona, 2010).

3.6 La entrevista en profundidad como un proceso
En ese sentido, se podría dividir en dos etapas: la primera se llama de correspondencia, donde el contacto cara a cara, la obtención de información y el registro, son el fundamento para acceder a la información de cada entrevista. La segunda, se denomina de análisis, donde se examinará a detalle cada entrevista y se anotarán temas por categorías, con esto se podrá codificar de forma consistente toda nuestra información para un análisis a posteriori (Robles, 2011).
3.7 El primer encuentro
En el primer acercamiento con el individuo, el investigador procurará comenzar con preguntas abiertas básicas y generales. Puede compartir algunos aspectos de su vida cotidiana, con el fin de que el entrevistado se sienta en confianza y pueda, igualmente, intercambiar su experiencia; es decir, hacer rapport con nuestro entrevistado; de esta manera, nos introduciremos a su individualidad o intimidad, y con ello construir el sentido, el valor y la trascendencia de su experiencia (Robles, 2011).
De acuerdo a Robles, (2011), es conveniente iniciar tranquilamente formulando preguntas que no deriven en un sí o en un no de parte del entrevistado, ya que esto de alguna manera inhibe la comunicación. El propósito es dejar hablar al entrevistado mientras el investigador se mantiene atento escuchando (Carmona, 2010) las formas de expresión oral, gestual, corporal, así como situaciones, lugares o experiencias vividas. Seria una imprudencia terminar las frases o ideas que está abordando en ese momento, ya que el análisis e interpretación dependen de la información completa, con la cual se construye el sentido de la perspectiva individual del otro, desde sus propias palabras.  Por último, procurar no realizar preguntas ambiguas o de conflicto el primer día, ya que pueden disminuir la probabilidad de nuevos encuentros. Por consiguiente han de construirse preguntas con mayor profundidad y nivel de compromiso.
En ese sentido, algunos autores recomiendan construir preguntas en tres niveles de análisis (Spradley, 1979, citado en Robles, 2011):
·         Descriptivas: se indaga la manera en que el entrevistado lleva a cabo sus actividades ordinarias, cómo percibe y describe a los objetos alrededor suyo, espacios, hechos y acciones.
·         Estructurales: se verifican explicaciones de fenómenos descritos en entrevistas anteriores, así, se ratifica si dichas situaciones se han interpretado correctamente y si han logrado significar la experiencia del entrevistado.
·         De contraste: “se identifican las diferencias en los conceptos enunciado por los informantes, con lo cual se explora si algunos conceptos son comprendidos por la forma en que se relacionan con ellos, por el uso que se les da o la similitud que existe con otros”.

3.8 Técnicas para motivar al entrevistado
Quizás en algún momento el entrevistado se bloquee y ya no pueda expresarse con soltura. Si se da esta situación, se puede optar por algunas estrategias, como la de “relanzar la entrevista”, que reactiven la conversación. Por ejemplo, Ruiz e Ispizua (1989), citado en Robles, (2011), propone algunas como:
·         Aplicar la repetición de las últimas frases, palabras o ideas con la intención de proseguir el discurso.
·         Comentar brevemente lo que se ha dicho durante la sesión.
Por su parte, Dick, citado en Ortez (2016), recomienda las siguientes técnicas:
·         Saliendo de pausas embarazosas. Son las situaciones de silencio donde el entrevistador sólo puede callar y mantener la situación de entrevista libre de coacciones que incomoden al entrevistado.
·         Mantener la disposición amigable. Se deben evitar expresiones como “¿mmm?”, “¿ah-ah?” y gestos que puedan poner al entrevistado incómodo.
·         Requerir información. Puede realizar preguntas como: “¿me podría dar un ejemplo de...?”
·         Repetir la última palabra o palabra central de la frase. Por ejemplo: “¿Agresivo?”
·         Volver sobre temas pasados por alto.   Por ejemplo, “¿tú dijiste algo sobre la policía?”
Si después de esto los flujos comunicativos continúan coartados, será mejor suspender la conversación para otra ocasión. Cabe recordar que lo que se busca es generar un diálogo abierto y sin restricciones.
3.9 Recopilación de datos
Existen variados equipos electrónicos con los cuales se puede recolectar información más amplia. Por ejemplo, se pueden utilizar grabaciones de audio y video, que capturen tanto sonido como imagen de la entrevista en curso. En ese sentido, con estos recursos se pueden alcanzar transcripciones más minuciosas, ya que retienen inflexiones, modulaciones, acentos del entrevistado que serían, quizás, difícil de notar a simple vista. No obstante, para poder hacer uso de estos materiales se debe tener el consentimiento informado de parte del sujeto y a partir de ahí respetar la decisión que tome éste, es decir, puede ser que acepte o rechace tal intervención. Se recomienda mantener la conversación en lugares cómodos y poco concurridos, con el propósito de lograr información nítida y focalizada al tema de investigación.
Considérese que estos recursos pueden cohibir al informante en cuando a su espontaneidad y fluidez, por lo que una forma de continuar sería colocar grabaciones ocultas en lugares discretos. Al inicio, es indispensable anotar la localización de la cita, la hora, el día y el lugar, con el fin de contextualizar cada encuentro. De igual manera, la libreta de campo es un material de recolección de datos. En ella se apunta la comunicación verbal y no verbal (postura, forma de expresarse, sus movimientos corporales, frases, repeticiones, omisiones o titubeos), la cual también tiene un significado y puede arrojar más información, incluso, que las verbalizaciones explicitadas por el sujeto.
Finalmente, efectuar la transcripción antes de la última entrevista, antes de empezar la siguiente, permitirá identificar cuántos temas del guión se han cubierto, así cómo cuáles tópicos no se han abordado o están incompletos, por los tanto, luego de haber llegado al punto de saturación se darán por concluidas las entrevistas, para dar paso al análisis de información (Robles, 2011).

3.10 Análisis de la información
En esta etapa, el investigador se enfoca en la construcción de la realidad de los entrevistados, pero, debe estar consciente que la percepción será de forma indirecta, subjetiva y parcial, ya que el investigador no puede comprender la experiencia del otro tal y como éste la ha vivido, puede pensar empáticamente poniéndose en el lugar del otro, pero es muy distinto a vivirlo realmente.
Así, el análisis es un procedimiento de reflexión donde se va mas allá de los datos para acceder a lo esencial del fenómeno de estudio; o sea, el investigador cualitativo está decididamente dispuesto a comprenderlo y entenderlo (González y Cano, 2010, citado en Robles, (2011), más allá de la narración descriptiva. Incluso, conforme va desarrollándose va sufriendo modificaciones en función de los resultados (Dey, 1993, citado en Robles, 2011).
Algunos autores como Hernández y colaboradores (2003), recomiendan comenzar este proceso mediante la revisión de todos los materiales que contiene la información recabada, los cuales pueden ser etiquetados, sistematizados y clasificados por criterios lógicos, así como evaluarlos por lo completos, legibles y claros que estén. Por su parte, Taylor y Bogdan (1990) sugieren que el análisis se desarrolle en tres niveles, a saber:
·         Descubrimiento: se deben ordenar todos y cada uno de los datos registrados y se buscarán los temas relacionados a estos. Se comienza observando cada transcripción comparándola con las notas, apuntes, comentarios y anécdotas que se hayan anotado durante todos los encuentros. Incluso, si aparecen temas emergente, se debe incluir dicha información la cual permitirá realizar clasificaciones y tipologías que facilitarán la construcción de argumentos más fuertes.
·         Codificación: implica concentrar todos los datos que aludan a temas o ideas similares y analizarlos. En ese sentido, Hernández y colaboradores (2003) proponen dos fases de codificación; en la primera, se juntan por categorías de análisis; en la segunda, se comparan entre sí, agrupándolos en temas y buscando posibles relaciones.
·         Relativización: se interpretará la información dentro del contexto en que fueron adquiridos, especificando los datos directos e indirectos, describiendo los contextos, eventos, situaciones trascendentes y significativas para los informantes. Además, para comprender y organizar mejor la información, se puede hacer uso de diagramas, cuadros, dibujos, matrices y todo tipo de esquemas, con los cuales se pueda hallar patrones y categorías para explicar sucesos y construir argumentos sólidos.

Referencias:
Robles, B. (2011). La entrevista en profundidad: una técnica útil dentro del campo antropofísico. Cuicuilco, 18(52), 39-49. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/351/35124304004.pdf
Carmona, V. (2010). El fenómeno religioso popular: valores y creencias: estudio de experiencias religiosas populares en Huelva a principios del siglo XXI. Recuperado de: http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/5367/b15962775-2.pdf?sequence=3
Ortez, E. Z. (2016). La entrevista en profundidad en los procesos de investigación social. La Universidad, (8). Recuperado de: http://ri.ues.edu.sv/9542/1/Revista_La_Universidad_8c6.pdf

Medina, m. s. (2010). Postulados teórico-prácticos de la entrevista en profundidad en las adicciones. Cultura y droga, 113. Recuperado de: http://vip.ucaldas.edu.co/culturaydroga/downloads/Culturaydroga15(17)_9.pdf

No hay comentarios.:

Publicar un comentario